Bea e Iñigo

De Shanghai a Bilbao con amor. Así podríamos titular este post.

Bea e Iñigo vivían en Shanghai cuando decidieron que se darían el “¡Sí, quiero!”, y si algo tuvieron claro es que lo harían aquí, en Bizkaia, de dónde son ambos, y dónde ambos soñaban con volver. Aquí tienen a toda su gente, a sus dos maravillosas familias, y aquí nos contrataron a nosotras convirtiéndonos en cómplices de uno de los días más especiales de sus vidas.

Risueños, siempre súper agradecidos por todo, fueron una de esas parejas que lo hace todo tan fácil que te cautivan totalmente.

Bea, su sonrisa, sus labios rojos y esos rizos tan especiales. Iñigo, o Iñi, como cariñosamente Bea le llama y hemos de reconocer que nosotras en más de una ocasión ¡también!, una caña de persona.  Desde que nos contrataron visitaron Bilbao en 3 ocasiones. Ocasiones suficientes para que ambos tuviesen su vestido y su traje soñado, y que la boda fuera tal y como la habían imaginado. Bueno 3 viajes, y algún que otro Skype… 😉

Ella, sencilla y elegante, pero muy ella. La tela de su sobrefalda ¡era magia! Imposible no recordar aquella tarde en el ventanal de Alicia Rueda viendo las diferentes opciones entre las que estaba la que sería la elegida… ¡Qué afortunadas somos de vivir esos momentos!

Sus zapatos, dos pares. Y cada cuál más especial. Para la ceremonia escogió unos Dolce&Gabbana que aunque nos costó encontrarlos, finalmente ¡Fueron nuestros! Las gestiones desde Shanghai no eran fáciles para ellos, y por eso fuimos nosotras las que les ayudamos con todos y cada uno de los pasos que iban dando ¡Hasta el de localizar sus zapatos en Milán! ¿Te acuerdas Bea? ¡Qué momentazo! 😉 Para el baile, su sobrefalda desapareció dando paso a un cinturón de plumas que no podía estilizar más su figura, y las hortensias desaparecieron de sus pies para ser sustituidas por unas sandalias Jimmy Choo dignas de infarto.

Su discreto tocado de M de Paulet, y su ramo de astilbe blanco obra de Flores Elorz pusieron el broche final a un total look precioso. Su maquillaje y peluquería fueron obra del equipo de Littas Builders.

Él, de Scalpers, optó por un traje gris oscuro que combinado con un chaleco de príncipe de Gales con raya azul le aportaba luminosidad y combinaba a la perfección con Bea.

Ambos tenían claro que no querían hacer de su boda una boda temática, y aunque en un principio no era la idea, poco a poco los detalles les llevaron a centrar el grueso de la decoración de su boda en la ciudad en la que vivían. Era difícil no hacerlo, cuando para toda su gente eran “los chinitos”. Ni ellos, ni nosotras queríamos caer en topicazos, y por eso hilamos muy muy fino. Las bodas temáticas… ¡No son bien!

Su preboda  con la genial Patricia With Love en un bosque de bambúes dio el pistoletazo a una boda con aires de Shanghai en Caserío Olagorta.

El 9 de septiembre llovió, ¡y mucho! Por lo que la idea de celebrar su ceremonia en los jardines quedó descartada a lo largo de esa misma semana. Pero con este plan B, ¿Quién podía preocuparse? Bea e Iñigo se casaron bajo una composición de ensueño. Sombrillas que ellos mismos trajeron de Shangai, que se entrelazaban con ramas de magnolio y flores colgantes en tonos blancos, malvas y empolvados. ¡Era mágico estar allí debajo! En el altar, un sillón de bambú decorado en la parte superior y un círculo de gramíneas y plumeros en el suelo. Sencillo, pero diferente, como ellos. Sin duda, Rosa y Javier de Flores Elorz captaron nuestra idea, y entendieron nuestros dibujos a la perfección. ¡Una y mil veces gracias equipo!

La papelería de su boda fue nuestra colección oriental. Al igual que sus invitaciones, sus minutas, sus números de mesa y sus marcasitios, el seating plan estuvo compuesto por una papelería con fondo azul grisáceo y flores de cerezo. Sobre una pared de bambúes, seguían dando pistas a los invitados de lo que se encontrarían en el interior de Olagorta.

¡Los paseos por los parques de Shanghai en primavera llegaron al comedor! Una combinación de centros bajos hechos con mini bambúes, y de centros altos con forma de cerezos cubrían el comedor de Olagorta convirtiéndolo en la China bilbaína más elegante del mundo.

Bailaron Pulp Fiction, tuvieron detalles con sus familias y amigos maravillosos, se rieron y disfrutaron a tope con Mr Flash y su fotomatón, y desde luego consiguieron ganarse un rincón no solo de nuestros corazones, sino de nuestras vidas.

¡Qué felices somos de teneros ya en Bilbao chinitos nuestros!

Gracias especiales a Patricia With Love, artífice de estas maravillosas fotografías, y a Anton Uribe, videógrafo de los novios, por dejarnos los mejores recuerdos de ese bonito 9 de Septiembre.

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